Sobre tu enfermedad - ¿Qué es la lumbalgia?

¿Qué es la lumbalgia?
Se llama lumbalgia o dolor lumbar al malestar o dolor ubicado en la parte baja de la espalda y que puede llegar a la región glútea (es decir, compromete la columna lumbar y el sacro). Alrededor del 80% de las personas lo padece en algún momento de su vida.
La mayor parte de las veces se trata de un cuadro inespecífico (no se puede atribuir a ninguna causa); en sólo el 20% de los casos se puede encontrar una causa específica.

¿Cómo se manifesta?
El dolor puede comenzar en forma aguda y ser de corta duración o puede hacerse crónico, de larga duración. Y, si bien la mayor parte de las veces es transitorio, es una causa muy frecuente de discapacidad. Puede limitar muchas actividades de la vida diaria.
Puede presentarse ante esfuerzos, alguna sobrecarga física o posturas inadecuadas. También puede aparecer en el reposo, por ejemplo al estar acostado o al levantarse y, en este caso, mejora al  hacer movimientos, ejercicios o alguna actividad.

El dolor puede ser:
·   Localizado: se queda en la columna.
·   Referido: se siente en los glúteos o parte posterior de los muslos.
·   Irradiado: corre por todo el miembro inferior hasta el pie (“ciática”) y puede acompañarse de adormecimientos, hormigueos, alteración de la sensibilidad y los reflejos.

Además puede sentir debilidad en muslos y piernas, limitación para realizar movimientos o caminar.

¿Cuáles son sus causas? 
Entre las causas de lumbalgia, se encuentran:
· Artrosis.
· Hernias de disco.
· Desplazamientos, desviaciones de la columna (escoliosis).
· Fibromialgia.
· Sobrepeso u obesidad.
· Embarazo.
· Traumatismos.
·  Infecciones.
· Tumores.
·  Fracturas.
· Enfermedades inflamatorias.
· Lesiones de órganos internos (cardiovasculares, abdominales, ginecológicos, prostáticos)
· Alteraciones psicológicas/psiquiátricas. 

¿Qué estudios se pueden solicitar?
En una consulta por lumbalgia, lo más importante es el interrogatorio y el examen físico. Además, es posible que se requieran análisis complejos o de rutina, estudios de imágenes (radiografía, ecografía, centellograma, tomografía o resonancia), estudios neurológicos (electromiografía) y, a veces, biopsia de alguna parte de la columna (vértebra, disco o algún otro tejido).
Los tratamientos deben adecuarse a cada paciente (con dolor agudo, subagudo o crónico). El objetivo es aliviar el dolor y recuperar la función de la columna. Todos los medicamentos pueden tener efectos secundarios, por eso deben ser recetados por un profesional. Se pueden utilizar:
- Tratamientos no farmacológicos (programas educativos, fisioterapia, planes de rehabilitación, programas de ejercicios, psicoterapia, gimnasia).
- Tratamientos farmacológicos (analgésicos comunes, antiinflamatorios; relajantes musculares; analgésicos opioides o analgésicos centrales; corticoides; antidepresivos; infiltraciones, etc).
- Tratamientos quirúrgicos (solo en algunas ocasiones, cuando sea necesario).  

¿Qué debe tener en cuenta?
1.  En general el dolor es autolimitado o de corta duración. Puede haber cuadros más severos.
2.  Regresar rápido a la actividad es mejor que el reposo. Siempre es bueno hacer gimnasia.  
3.  Si tiene menos de 45 años y tiene dolor que aparece al despertarse y mejora con el movimiento, préstele atención y no demore la consulta.
4.  No siempre es necesario realizar estudios de laboratorio o de imágenes. 
5.  Pediremos consulta con otros profesionales si sospechamos que el dolor tiene un origen diferente al reumatológico.
6.  No debe automedicarse.

Siempre debe realizar la consulta al reumatólogo